
27 de julio de 2011
dos lecturas dos cuentos

23 de julio de 2011
pasó


Y pasó el taller, pasó el primer taller.
Con los muchos pensares, los nervios, y las montañas de miles de ansiedades que dan lo nuevo y lo desconocido. Primero las ganas, la necesidad y un disfrute especial por ese espacio de reflexión. Luego, hacerse lugar y destinar un buen tiempo de repaso. Repaso del recuerdo, de las palabras, los maestros con sus consejos y más. Cotejar, comparar, observar y elegir un camino posible.
Reviso para entender como se fue armando lo aprendido, mi recorrido, mi formación, mis tropiezos, mis certezas. Pongo los pies en los años de oficio y mi propia experiencia pero no tengo una receta, no la hay, en todo caso, cada uno arma una propia. De base una mesada, los utensilios, lo nuevo, lo viejo, ingredientes, recursos, desafíos, y desde una mirada personal única, construir lenguaje.
En la charla, en el dialogo, en el propio cruce del intercambio, voy definiendo lo que sé y lo que está. Leo, teorizo, escribo, creo tocar con los dedos algunos conceptos, pido opiniones, busco otras miradas, otros libros, otras maneras. Ariel virtual, Daniela coach, Norita estímulo y genial, generosa Eugenia, Luciana colega y amiga, Lucía y Alicia. Aprendo de mí, con colegas, amigos colegas y también amigos.
Con un poco de esto, lo otro y el vértigo de lo incompleto. Pasó. Pasó el taller, con libros, mates, análisis, descubrires, devolveres, consignas, tareas. María, Gio, Florencia, Sol, Bela, el Ale, Mariano,
Todo por aprender en este rol, mucho por revisar, queriendo caminar por ahí pero sin descuidar el cuerpo de mi propio tablero. Mientras me salga, aprenda el equilibrio, y el disfrute haga rodar la maquina, sigo. Ahora, tiempo de descanso, decanto y repienso una nueva experiencia.